La Montaña Mágica: El hechizo del Oriente de Asturias

Con una espectacular vista del paraje asturiano, Montaña Mágica es la Casa de Aldea que hace especial al Oriente del Principado. Después de estar casi dos años buscando el lugar más apropiado donde situarse, Carlos Bueno, el propietario, da con una localización donde se juntan la montaña y el mar para apreciar un paisaje difícil de olvidar: «Está en el único emplazamiento en el municipio de Llanes donde se ven los Picos de Europa», sostiene Bueno.

A tan solo ocho kilómetros de las playas con más atractivo de Llanes como la salvaje Torimbia o la conocida de Barro, esta Casa de Aldea cuenta con una enorme finca de pastos y de bosques para pasear, leer, apreciar el paisaje o simplemente perderse en los hilos de la tranquilidad. Este especial entorno es tan reconocido que «es aquí donde se ruedan los anuncios de la Central Lechera», cuenta Bueno.

Hace 25 años, cuando Bueno quiso iniciar su negocio rural, tuvo que someterse a un laberinto legal: «Me hice agricultor para poder construir una vivienda hasta que la pude convertir en una casa de Aldea. Así, poco a poco me he ido expandiendo».

Para poder ofrecer una experiencia agreste completa a sus huéspedes, Montaña Mágica cuenta con una huerta y granja propia. Desde las verduras a la carne, contando con detalles como la miel, son naturales para que todo aquel que llegue a la casa pueda disfrutar del mejor desayuno y de la cocina casera asturiana. «Incluso tenemos unas vecinas del pueblo que cultivan alubias y verdinas, que también ofrecemos aquí», comenta Bueno.

Lo más auténtico en turismo rural

Los asturcones, que habitan estas tierras desde al menos tres milenios, también son asiduos de este enclave rural. Ver y acariciar a esta especie milenaria se hace posible en Montaña Mágica: «Si un cliente sabe y quiere montar puede hacerlo de manera gratuita», sostiene bueno. Todo con tal de que el huésped se beneficie de todas las ventajas de la naturaleza.

Montaña Mágica es lo más auténtico en turismo rural: «Hemos recreado una casería asturiana con todos sus elementos (casas, cuadras, hórreos) intentando respetar al máximo la tipología originaria del lugar», afirma Bueno. Por eso, los clientes que llegan son parejas, familias y amigos de diferentes partes de España. Además, muchos de ellos repiten de generación en generación: «En los 23 años que llevamos abiertos han llegado a venir los hijos de los primeros clientes. Nuestros inicios fueron muy potentes y la voz se ha ido corriendo». Y todos ellos tienen en común un objetivo que se ve cumplido cuando descubren Montaña Mágica: sentir el hechizo de la naturaleza sin renunciar a la comodidad.