Fue construida a mediados del siglo pasado por el marqués de los Altares, como un lugar de esparcimiento y de uso para la caza. Después de 1940 pasó a propiedad de los caseros que vivían en aquellos momentos. Los actuales propietarios la adquirieron en 1992. Se reconstruyó totalmente, obras que finalizaron en 1995, momento a partir del cual se abrió al turismo rural.
Situada en un lugar privilegiado, con espléndidas vistas a los Picos de Europa y al Naranjo de Bulnes, es una casona típica asturiana emplazada en medio de 50.000 metros cuadrados de finca, con pastos y bosques para pasear, leer, montar a caballo, disfrutar del paisaje o, simplemente, para perderse en la tranquilidad de la zona. El establecimiento está formado por un conjunto de edificaciones tradicionales, que fueron las dependencias de una granja dedicada a las labores del campo, y que tiene una curiosa forma escalonada, siguiendo el desnivel del terreno. Se conserva el hórreo, las cuadras y los invernaderos de las construcciones originales.
La casa dispone de cinco habitaciones dobles, todas con baño completo, calefacción y televisor, y tres dúplex, con chimenea y capacidad para cuatro personas. Tiene además comedor, galería, salón con chimenea, juegos y biblioteca. Se ha cuidado mucho la decoración, creando un ambiente acogedor, espacioso y funcional. Así, en el salón resaltan los almohadones y las telas alegres, y las lámparas. En las habitaciones, el mobiliario es tradicional y se conservan los techos artesonados. En la biblioteca puede encontrarse información sobre la zona y sus características. Dentro del equipo que forman cuatro personas, Carlos y Germán se ocupan personalmente de los inquilinos de la casa y tienen en cuenta sus gustos y predilecciones.
Se ofrece todo tipo de comidas a base de cocina tradicional como tortas de maíz con chorizo. En los desayunos, de una cuidada presentación, incluyen pan artesano. La casa tiene una huerta biológica en un invernadero de 1.000 m2 donde se cultivan puerros, acelgas, frambuesas y todos los productos que se consumen en la casa.
La Montaña Mágica está a 10 km de las mejores playas de Llanes (Niembro, Torimbia, Barro, Celorio), muy cerca de los Picos de Europa y del parque nacional de Covadonga (a 23 km de Arenas de Cabrales y a 30 km de Cangas de Onís). En un radio de 25 km se encuentra la mayor concentración de cuevas con pinturas rupestres y abrigos prehistóricos de Asturias: Tito Bustillo, El Pindal, El Buxu y Peña Tú entre otras.
Paseo alrededor de la dolina de Cuanda. Visita a una dolina y vistas panorámicas de la sierra de Cuanda y de La Montaña Mágica. (Una dolina es una depresión de terreno, de forma generalmente cónica, que actúa de sumidero recogiendo las aguas pluviales del embudo; es una formación característica de las zonas calizas.) Se inicia el recorrido tomando el segundo camino que sale de la carretera que une La Montaña Mágica con El Allende. El paseo rodea circularmente la dolina, y transcurre en su primera parte por un sendero muy cómodo. El tramo final discurre por senderos que atraviesan las praderías situadas en la ladera de La Montaña Mágica, y obligan a superar cerramientos para el ganado, que no tienen portilla. El paseo se puede ampliar bajando al fondo de la dolina por un sendero que desciende por la vertiente de La Montaña Mágica, ancho pero algo abandonado. Es un paseo muy suave que se complica ligeramente en su tramo final, donde se desdibuja el camino y hay que atravesar alguna alambrada. La duración se establece en 45 minutos. Subida al pico Castillo de Rales (...).»
